Mi primera vez
>> martes, 11 de agosto de 2009
La primera vez que estuve con una mujer fue por amor.
La primera vez que la vi desnuda, me pareció demasiado bonita para ser verdad.
Mantuve los ojos abiertos. Muy abiertos, de hecho. Casi sin pestañear, no fuera a hacerse humo y desapareciera de la misma maravillosa manera en que había aparecido.
Ella era castaña. Muy delgada. Los ojos verdes. El pelo trasquilado. Joven. Más que yo.
Tan inexperta como yo. Con tanto deseo como yo.
Me sorprendió la suavidad de su piel. Su olor. La forma en que se le erizaba el vello cuando yo la besaba. La forma en que respondía su cuerpo a mis caricias, yo, que sentía que nunca antes había acariciado.
Yo tenía miedo. La deseaba, pero no me sentía capaz de satisfacerla. No sabía cómo empezar. No puede ser tan dificil, sexo es sexo, no? Pero no conocía a otra mujer que no fuera yo, y mi experiencia con los hombres no me iba a servir de mucho.
Cómo deseará que la toque? Quizás le de vergüenza decírmelo. Y cómo lo pregunto para que no suene mal?
Sólo pude articular un inexperto: Qué quieres que te haga?
No lo sé, fue la respuesta de ella. Tampoco yo sabía.
Se metió rápidamente en la cama. Le daba vergüenza que la viera.
Nos besamos. Nos besamos con sed. Nos besamos con hambre. Nos besamos como si fuera la única vez. La primera vez. También nos besamos con miedo, porque no sabíamos cómo continuar. Qué va después? No sé, tendría que tocarla, no? Y qué pasaría cuando le tocase el sexo? Le gustaría? Me pediría que dejara de hacerlo?
Creo que nos tocamos todo el cuerpo, no por prolongar el placer, sino por miedo a enfrentarnos a nuestro propio deseo.
Ella era tímida, y no quería que le besara el sexo. A mí no había nada que me apeteciera más en el mundo. Bajé por su cuerpo mientras la acariciaba.
Ella temblaba de deseo, como yo. No, me dijo. Sí, por favor, le respondí yo.
Yo estaba delante de su sexo. Ella estaba totalmente depilada. Yo, lo miraba. La miraba a ella, a ella entera, que se cubría la cara azorada. Imploré: Por favor, déjame verte.
Se descubrió. La miré. Pensé que no era posible que ella saliera a la calle y que la gente no se diera cuenta de que era la persona más especial del mundo. La más hermosa.
Besé su sexo con curiosidad. Suave. Con una vida de atraso, sentí, porque no me pareció bien haber estado toda una vida lejos de ella. Intenté pensar en cómo me gustaba que me lo hicieran a mí. Aunque el deseo me nublaba la razón, y me dejaba guiar por sus gemidos, buscando el camino, su camino.
Puedo? Pregunté. Pregunté antes de tocarle la vagina. No sé. Pensé que me gustaría que me preguntasen si estuviera en su lugar. Aunque, quizás, no estuviera yo para preguntas caso de estar en su lugar. Por favor, fue su respuesta. Por favor.
Entonces le introduje un dedo. Me pareció un lugar cálido y conocido. Recién descubierto y que siempre estuvo conmigo. Me pareció acogedor y dulce. Y salado. Y mío.
La acaricié y la besé. Le hablé. La amé como a mí me habían amado, siguiendo el camino que marcaba mi deseo, y el suyo.
Se corrió. Bueno ;-) eso nunca lo sabré seguro, no? A mí me pareció lo más bonito que podía pasar. Mejor, incluso, que cuando ella me amó.
La primera vez que la vi desnuda, me pareció demasiado bonita para ser verdad.
Mantuve los ojos abiertos. Muy abiertos, de hecho. Casi sin pestañear, no fuera a hacerse humo y desapareciera de la misma maravillosa manera en que había aparecido.
Ella era castaña. Muy delgada. Los ojos verdes. El pelo trasquilado. Joven. Más que yo.
Tan inexperta como yo. Con tanto deseo como yo.
Me sorprendió la suavidad de su piel. Su olor. La forma en que se le erizaba el vello cuando yo la besaba. La forma en que respondía su cuerpo a mis caricias, yo, que sentía que nunca antes había acariciado.
Yo tenía miedo. La deseaba, pero no me sentía capaz de satisfacerla. No sabía cómo empezar. No puede ser tan dificil, sexo es sexo, no? Pero no conocía a otra mujer que no fuera yo, y mi experiencia con los hombres no me iba a servir de mucho.
Cómo deseará que la toque? Quizás le de vergüenza decírmelo. Y cómo lo pregunto para que no suene mal?
Sólo pude articular un inexperto: Qué quieres que te haga?
No lo sé, fue la respuesta de ella. Tampoco yo sabía.
Se metió rápidamente en la cama. Le daba vergüenza que la viera.
Nos besamos. Nos besamos con sed. Nos besamos con hambre. Nos besamos como si fuera la única vez. La primera vez. También nos besamos con miedo, porque no sabíamos cómo continuar. Qué va después? No sé, tendría que tocarla, no? Y qué pasaría cuando le tocase el sexo? Le gustaría? Me pediría que dejara de hacerlo?
Creo que nos tocamos todo el cuerpo, no por prolongar el placer, sino por miedo a enfrentarnos a nuestro propio deseo.
Ella era tímida, y no quería que le besara el sexo. A mí no había nada que me apeteciera más en el mundo. Bajé por su cuerpo mientras la acariciaba.
Ella temblaba de deseo, como yo. No, me dijo. Sí, por favor, le respondí yo.
Yo estaba delante de su sexo. Ella estaba totalmente depilada. Yo, lo miraba. La miraba a ella, a ella entera, que se cubría la cara azorada. Imploré: Por favor, déjame verte.
Se descubrió. La miré. Pensé que no era posible que ella saliera a la calle y que la gente no se diera cuenta de que era la persona más especial del mundo. La más hermosa.
Besé su sexo con curiosidad. Suave. Con una vida de atraso, sentí, porque no me pareció bien haber estado toda una vida lejos de ella. Intenté pensar en cómo me gustaba que me lo hicieran a mí. Aunque el deseo me nublaba la razón, y me dejaba guiar por sus gemidos, buscando el camino, su camino.
Puedo? Pregunté. Pregunté antes de tocarle la vagina. No sé. Pensé que me gustaría que me preguntasen si estuviera en su lugar. Aunque, quizás, no estuviera yo para preguntas caso de estar en su lugar. Por favor, fue su respuesta. Por favor.
Entonces le introduje un dedo. Me pareció un lugar cálido y conocido. Recién descubierto y que siempre estuvo conmigo. Me pareció acogedor y dulce. Y salado. Y mío.
La acaricié y la besé. Le hablé. La amé como a mí me habían amado, siguiendo el camino que marcaba mi deseo, y el suyo.
Se corrió. Bueno ;-) eso nunca lo sabré seguro, no? A mí me pareció lo más bonito que podía pasar. Mejor, incluso, que cuando ella me amó.
25 comentarios :
Esto que cuentas es totalmente hermoso
"con una vida de atraso"
Besos
Un placer tenerte de nuevo por aquí, Sandra.
Besos.
Amarte con una vida de atraso... bella, esta frase y todo el relato... rebosa sentimiento en cada silaba¡¡¡¡
Gracias, Joseba.
Sonia, gracias a tí por enlazarme. Te seguiré.
Besos.
Intenté pensar en cómo me gustaba que me lo hicieran a mí. Sabia frase, llevo tres días siguiendote y cada día me asombra más la belleza de tus palabras.
Un beso.
Realmente, me abrumáis, queridos fantasmas.
Besos, Jose.
También yo te sigo.
la primera vez es la primera vez y así no haya sido tan serena y pausada como la relatas...si fue con quien amamos, seguro que fue una experiencia inolvidable...al menos la mía lo fue...
besitos.
También me encantó la frase. :)
Besos guapa!
Supongo que debe ser tan especial como toda primera vez.
Gracias Candela, por tu visita.
Hasta cada rato.
Esperada :-)
Neo: Suelo ir a verte, Neo, solo que tengo la mala costumbre de hacerlo como un fantasma. Dejaré huella más a menudo.
Besos, chicas.
descrita al detalle la primera vez...
el miedo de si sabras hacerlo bien o no... si saldra bien...
besitos!
Me gusta cuando me decís que os identificáis con lo que escribo.
En esta entrada en especial, por lo que me contáis, creo que soys los chicos heteros y las chicas lesbianas los que más os identificáis.
Aunque, no se debe generalizar, es importante tener en cuenta que hablamos de amor, y, aunque suene paradójico, el amor no tiene sexo.
Besos, nana.
Besos, fantasmas.
"el amor no tiene sexo" bonita frase... jiji.
a mi la historia me ha gustado porque ademas creo que tambien se puede extrapolar a cualquier tipo de relacion, hetero, homosexual...
ademas que mas da la orientacion, creo que no siempre hay diferencias en cuanto al deseo, ...
besitos guapa!!!
Precioso :)
Que lindo, ese nerviosismo de la primera vez y el deseo de consumirse con la persona amada. Precioso.
Un abrazo Candela.
Fidji
Un beso, Eo.
Un abrazo, Fidji.
:-)
Vaya vaya Candela.. tambien tienes sensibilidad!!! quien te hubiera pillado cuando aun no sabias como hoy ;) besos de esos canija.
Hola de nuevo, anónimo misterioso.
Cuando aún no sabía como hoy era bastante menos divertido tener algo conmigo.
La inexperiencia no es un valor añadido, anónimo.
Besos de los que tú quieras.
De los últimos post,este es el que más me ha gustado, y esa frase igual que a otras me ha llegado.
Besos Candela.
Una, tengo otras muchas que también te pueden gustar ;-)
Un gran beso, guapa.
Hoy he descubierto este blog, y simplemente me encanta lo que escribes en él, por lo que cuentas, y por la elegancias, sensualidad y a veces humor con que la narras!!
Como otros "adictos" a tu blog, me quedo en este relato con dos fráses o momentos sublimes en la narración:
"Besé su sexo con curiosidad. Suave. Con una vida de atraso..."
Y el cierre del mismo "Mejor, incluso, que cuando ella me amó".
Besos
Gracias, hermoso fantasma.
Me gusta pensarte un nuevo adicto.
Muchos besos.
Gracias Candela por darme bolilla SIEMPRE con mis cosas. Empece leyendo el primero, como corresponde. Y me siento asi, super nerviosa y temblorosa pero c muchas ganas ... y hacer lo q me gustaria q me hagan ... y que seguramente me lo hagan mejor que nadie, se entiende? sigo leyendo, besos desde ROU
Gracias Candela por darme bolilla SIEMPRE con mis cosas. Empece leyendo el primero, como corresponde. Y me siento asi, super nerviosa y temblorosa pero c muchas ganas ... y hacer lo q me gustaria q me hagan ... y que seguramente me lo hagan mejor que nadie, se entiende? sigo leyendo, besos desde ROU
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