Ya no iba a hablaros más de tetas.
No iba, de verdad.
Pero, entonces, mi compañera Adela, vino con escote. Y mucho.
Adela es una rubia muy delgada, bonita, y con mucho morbo. Sólo le faltaban tetas. Antes.
Entonces yo, con la discreción que me caracteriza, que es más bien poca, me quedé impresionada mirando su escote, y, sin cortarme para nada, aprovechando que, por eso de que soy mujer lo mismo no lo toma como lo que es (baboseo, principalmente), esa mejora de su geografía merecía, al menos, una aclaración.
-Leches.
- Cómo?
-Sí, bueno, que quería decir, que antes tenías menos tetas, no?
- Sí, es que adelgacé demasiado. He recuperado peso. Siempre tuve mucho pecho.
No me he creído nada. Si fuera así, mañana mismo me inflo a croasanes. Yo voy a seguirla mirando, a ver si le crecen delante mía.
Besos, queridos fantasmas. Os extrañaba.
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