El otro día, hablando con una amiga, salió un tema que no recuerdo haberos referido, todo un clásico, a saber: El maricón mascota.
Vida y costumbres:
El maricón mascota es maricón desde pequeño. Ya en la guardería, luce baby a cuadros rosas, porque el azul no le combina con sus ojos.
Desde esa tierna edad, es el mejor amigo de las niñas. Todas quieren jugar con ese niño que se sabe mucho mejor que ellas los nombres de todas las princesas de Disney, las canciones de todas las pelis, y… ¡los bailes!.
El maricón mascota crece. Sigue siendo el mejor amigo de todas las niñas, ahora adolescentes. Tiene una habilidad sobrenatural a la hora de combinar la ropa. Se sabe todo el armario de sus amigas, que acuden a él en momentos de necesidad: un concierto, una cita, unas rebajas. Es el rey del “qué me pongo”.
El maricón mascota se sabe todas las historias amorosas de todas sus amigas. Que son muchas. También las de las amigas de sus amigas, y las de todo el barrio, si se pone.
Entorno:
El entorno natural del maricón mascota es un grupo de niñas hetero. En medio. Como referente de femineidad.
Manías:
Es muy posesivo el maricón mascota. De hecho, sólo es posible ver uno por grupo de chicas. Claro que, puestos a pensar, quizás dos sería un tanto excesivo.
Ser el prota. El maricón mascota es siempre el prota. De hecho, si alguna de las chicas pretende ocupar su puesto, se convertirá en “la puta esa que era amiga nuestra”.
Creencias:
Todo buen maricón mascota cree, por encima de todo, en Giorgio Armani. Como las cosas hoy día están dificilitas, muchos de ellos se han desvirtuado, pasándose a Zara. Miserias de la crisis, qué le vamos a hacer.
Muchos besos, queridos fantasmas.
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