Bella
>> martes, 2 de junio de 2009
Una vez, cuando te abandonaste al sueño,
te abandonaste a mí, sin saberlo.
Y yo, te miré sin dueño, y te entendí regalo,
y te disfruté entera, sabiendo que,
con la vigilia, volverías a ser tuya,
tuya, y de nadie.
Creo que me gustó lo prohibido
de tu cuerpo sin voluntad,
sin otra que no fuera tu sueño, y la mía.
Quizás soñaste conmigo, mientras yo
insomne y sonámbula,
sólo soñaba
con dormir contigo.
6 comentarios :
No podrías dormir conmigo, aquí cerquita, donde yo pudiera aspirarte y tocarte? No importa que fuera un segundo eterno...
Un beso en tu pelo y en tus ojos...
¿No os parece que el sueño es algo tremendamente íntimo?.
Besos!
Sandra: :-)
Esperada: Coincido, aunque, más que el sueño, yo diría el despertar. De hecho, alguna chica se ha ido de mi cama a media noche, y, bueno, aunque le he insistido educadamente para que se quede, tanto ella como yo sabíamos que lo que no nos apetecía a ninguna de las dos era compartir despertar.
Besos a ambas, por supuesto.
No sé... a mí es el dormir en sí mismo lo que me parece íntimo, aunque el despertar también tiene lo suyo.
Yo no insistiría, con educación o sin ella, a ningún rollo de una noche para que se quedase a dormir.
Besos canija!
Esperada, ya te lo contaré cuando nos veamos, pero, hay momentos, en que la sinceridad descarnada hace que las situaciones sean incómodas.
Besos, guapa.
Publicar un comentario