Letras en el Sahara, nace en la red y desemboca en el desierto

Bella

>>  martes, 2 de junio de 2009



Una vez, cuando te abandonaste al sueño,
te abandonaste a mí, sin saberlo.
Y yo, te miré sin dueño, y te entendí regalo,
y te disfruté entera, sabiendo que,
con la vigilia, volverías a ser tuya,
tuya, y de nadie.
Creo que me gustó lo prohibido
de tu cuerpo sin voluntad,
sin otra que no fuera tu sueño, y la mía.
Quizás soñaste conmigo, mientras yo
insomne y sonámbula,
sólo soñaba
con dormir contigo.

6 comentarios :

Sandra ,  2 de junio de 2009, 23:42  

No podrías dormir conmigo, aquí cerquita, donde yo pudiera aspirarte y tocarte? No importa que fuera un segundo eterno...

Un beso en tu pelo y en tus ojos...

Anónimo ,  4 de junio de 2009, 10:42  

¿No os parece que el sueño es algo tremendamente íntimo?.
Besos!

Candela 4 de junio de 2009, 21:47  

Sandra: :-)

Esperada: Coincido, aunque, más que el sueño, yo diría el despertar. De hecho, alguna chica se ha ido de mi cama a media noche, y, bueno, aunque le he insistido educadamente para que se quede, tanto ella como yo sabíamos que lo que no nos apetecía a ninguna de las dos era compartir despertar.

Candela 4 de junio de 2009, 21:49  

Besos a ambas, por supuesto.

Anónimo ,  5 de junio de 2009, 1:10  

No sé... a mí es el dormir en sí mismo lo que me parece íntimo, aunque el despertar también tiene lo suyo.
Yo no insistiría, con educación o sin ella, a ningún rollo de una noche para que se quedase a dormir.
Besos canija!

Candela 5 de junio de 2009, 7:44  

Esperada, ya te lo contaré cuando nos veamos, pero, hay momentos, en que la sinceridad descarnada hace que las situaciones sean incómodas.
Besos, guapa.

Publicar un comentario

Mi mejor regalo, tus palabras.

Related Posts with Thumbnails

  © Blogger template Simple n' Sweet by Ourblogtemplates.com 2009

Back to TOP