Modelos de (Parte 2)
>> sábado, 13 de junio de 2009
Alejandra y Mario:
Estabamos desnudas.
Yo jugueteaba dibujando con un dedo el contorno de su pubis. Llevaba un tatuaje de esos que llegan hasta el vientre y lo separan de él, o lo unen, según se vea, justo en el monte de venus.
- Creo que podríamos decir que le estás siendo infiel, no te parece?
- Ni mucho menos.
- Pues tú dirás.
- Llevamos juntos toda la vida. Yo me casé con 15 años. Un buen día, hace ya muchos años también, él me confesó una infidelidad.
Yo me sentí muy herida. Me enfadé. Lloré días enteros. Me sentí traicionada. Nunca me planteé dejarlo. Nos habíamos casado para toda la vida. Entonces, un día, me sorprendí a mí misma diciéndole: “lo que me ha sentado peor es que no la hayas compartido conmigo”.
Han pasado muchas cosas desde aquel día. Compartimos amantes. Compartimos juegos. Tenemos amigos con los que tenemos sexo. Él siempre ha sido heterosexual. Yo, me considero bisexual. A él le gusta verme disfrutar con una mujer.
- Pues no lo veo por aquí. Por cierto, todo un detalle, gracias.
Alejandra sonrió.
- No, no siempre lo hacemos juntos. Aunque, si yo voy a estar con alguien, sin él, debe ser una mujer. Si fuera con un hombre, sería considerado una infidelidad.
- Y él? Está con mujeres sin estar contigo? Sospechas que esté con algún hombre?
- No. Él no es tan sexual como yo. Tiene suficiente con nuestro sexo compartido. Con nuestros amigos y conmigo. No me gustaría que estuviera con una mujer a solas. También yo consideraría una infidelidad eso. Que esté con un hombre? Lo dudo. Ha tenido muchas posibilidades con nuestros amigos y no le ha interesado lo más mínimo. Que no sé lo que hace cuando se va de viaje? Claro que no lo sé. Igual que él no sabe lo que hago yo. Nuestra relación se basa en la confianza y en la seguridad de que nos queremos, y que estaremos juntos siempre. Ya tuvimos suficiente con una confesión. Nuestra libertad se da por supuesta.
- Así que no le contarás que has follado conmigo.
Alejandra volvió a sonreir.
- Quizás lo huela en mi piel.
E hizo lo posible para llevarse impregnado mi olor.
Estabamos desnudas.
Yo jugueteaba dibujando con un dedo el contorno de su pubis. Llevaba un tatuaje de esos que llegan hasta el vientre y lo separan de él, o lo unen, según se vea, justo en el monte de venus.
- Creo que podríamos decir que le estás siendo infiel, no te parece?
- Ni mucho menos.
- Pues tú dirás.
- Llevamos juntos toda la vida. Yo me casé con 15 años. Un buen día, hace ya muchos años también, él me confesó una infidelidad.
Yo me sentí muy herida. Me enfadé. Lloré días enteros. Me sentí traicionada. Nunca me planteé dejarlo. Nos habíamos casado para toda la vida. Entonces, un día, me sorprendí a mí misma diciéndole: “lo que me ha sentado peor es que no la hayas compartido conmigo”.
Han pasado muchas cosas desde aquel día. Compartimos amantes. Compartimos juegos. Tenemos amigos con los que tenemos sexo. Él siempre ha sido heterosexual. Yo, me considero bisexual. A él le gusta verme disfrutar con una mujer.
- Pues no lo veo por aquí. Por cierto, todo un detalle, gracias.
Alejandra sonrió.
- No, no siempre lo hacemos juntos. Aunque, si yo voy a estar con alguien, sin él, debe ser una mujer. Si fuera con un hombre, sería considerado una infidelidad.
- Y él? Está con mujeres sin estar contigo? Sospechas que esté con algún hombre?
- No. Él no es tan sexual como yo. Tiene suficiente con nuestro sexo compartido. Con nuestros amigos y conmigo. No me gustaría que estuviera con una mujer a solas. También yo consideraría una infidelidad eso. Que esté con un hombre? Lo dudo. Ha tenido muchas posibilidades con nuestros amigos y no le ha interesado lo más mínimo. Que no sé lo que hace cuando se va de viaje? Claro que no lo sé. Igual que él no sabe lo que hago yo. Nuestra relación se basa en la confianza y en la seguridad de que nos queremos, y que estaremos juntos siempre. Ya tuvimos suficiente con una confesión. Nuestra libertad se da por supuesta.
- Así que no le contarás que has follado conmigo.
Alejandra volvió a sonreir.
- Quizás lo huela en mi piel.
E hizo lo posible para llevarse impregnado mi olor.
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Querido fantasma: Te sientes identificado con Mario?. Te has sentido alguna vez como Alejandra?. Y como yo?
Besos.
6 comentarios :
Tremenda historia... ¿era sólo sexo? ¿nunca te quedas con ganas de más?
Algún día te contaré...
Besos
Alguien podría decir que es una manera muy civilizada de vivir. Me parece que va por ahì,no?.Vivir y dejar vivir, lo cual no quiere decir sin respeto ni compromiso. Hay que permitirse ser, como se sea. Hay pactos?si,los hay y si eso significa la felicidad, quién puede ponerlo en duda?. Si tuviera que elegir una respuesta,me quedo con Alejandra,pero no identicamente.UN beso
Diamonique: Conmigo, cielo, jamás es sólo sexo. El solo sexo con alguien anónima que no volverás a ver y que sólo alivia tus ganas inmediatas de un polvo, como solución de compromiso y excepción, vale, pero yo soy un gourmet.
Cuentame lo que quieras, susúrrame ;-)
Besos, guapa.
Sí, Fiorella, yo creo que va por ahí.
Yo me quedo conmigo. Por ahora, la política de pactos no me interesa.
Besos, guapa.
Pues yo lo he pensado y no me identifico con ninguno (Alejandra/Mario). Es verdad que tiene apariencia de libertad, pero existen exclusiones, o como tú dices Candela: pactos. Personalmente no me atrae.
Besos guapa!!
Cariño, a mí me da que te identificas conmigo ;-)
Besos.
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