Reflexiones sobre mis gafas nuevas
>> martes, 30 de junio de 2009
Hace unos días que tengo mis gafas nuevas. Veo genial. Supongo que os parecerá normal. Pues a mí no. Ya que el oculista apenas me miró a los ojos y sí mucho a las tetas. Lo cual, me lleva, después de un buen rato de intensivas cavilaciones y ejercicios de introspección, a las siguientes conclusiones:
Conclusión 1: Mis tetas tienen la misma graduación que mis ojos. Esto quizás no sea tan sorprendente, si pensamos en el cuerpo como un todo, como nos enseña la filosofía oriental. En cualquier caso, lo sorprendente para mí ha sido no percatarme hasta ahora.
Conclusión 2: La próxima vez que vaya a graduarme la vista, iré con escote, de nuevo. Imprescindible, ya que sé a lo que voy, que hasta ahora iba en la más absoluta de las ignorancias, me buscaré a una oculista guapa, y le diré que se deje de coñas con lo de las letritas, y que me vaya mirando el escote. No sé si entenderá ;-)
Conclusión 3: Los ginecólogos son unos salidos. Porque digo yo, si da igual diagnosticarte mirándote una oreja o un diente, a qué viene eso de diagnosticarte mirándote el coño. Vicio. Vamos, que a mí no me parece mal, que yo lo entiendo, pero nos llevan engañando toda la vida.
Conclusión 4: Todas las ginecólogas entienden. Si es que no podría ser de otra forma. A qué si no viene una tía con bata blanca (con el morbo que tienen las batas) y te dice: quítate las bragas. Lesbiana. Fijo.
Creo que lo dejaré aquí porque son demasiadas conclusiones por hoy para irlas asimilando todas.
Qué pensáis vosotros, queridos fantasmas?